Por Roberto PELÁEZ
Las Vegas Baseball League tiene una marcada relevancia en el quehacer de este hermoso deporte en el valle, no sólo por la cantidad de equipos que suman en cada temporada, también por contribuir al desarrollo de muchos jugadores jóvenes.
Seleccionados de reconocida calidad, acostumbrados y con la experiencia que reporta ser protagonistas de varias finales, brindan colorido, ofrecen un espectáculo en cada salida al terreno, desde aquellos consistentes ganadores reunidos en Caribeños -bajo las indicaciones del experimentado timonel cubano Lázaro Almuiña-, hasta Guasave, Dodgers, Durango...
El beisbol es un deporte rico en estadísticas (tal vez como ningún otro), que va más allá de bolas, strikes, pitcheo, ofensiva y defensa, son necesarios otros aspectos como el juego o desempeño en equipo (team work), inteligencia y rapidez en el corrido de las bases, brazos potentes, buena línea central: catcher, segunda, short stop y jardinero central...
Defensivamente, y sin adentrarnos en los jardines, los jugadores de tercera, el campo corto y la segunda, deben ser preferiblemente inteligentes, que sepan colocarse en dependencia del bateador y el pitcheo que se realiza, además de poseer buenas manos y un brazo potente. Willy Tavera es un excelente ejemplo de lo anterior.
Para muchos el pitcheo representa el 75 por ciento de un juego de beisbol, una manera de decir que es la clave, claro, sólo con pitcheo no se gana, sin embargo está claro que con un buen pitcher, de esos que van casi al seguro en cada salida al montículo, es menor la dependencia de sus compañeros de equipo.
Si un pitcher es ‘ponchador’ sacará muchos outs por esa vía, si se presenta dominante entonces facilitará el desempeño de sus compañeros, y con el respaldo de pocas carreras puede guiar a su conjunto al triunfo. Por el contrario, un lanzador de quehacer mediocre, descontrolado, pues necesitará que sus compañeros tengan que excederse a la defensa, hacer muchas carreras si quieren aspirar al éxito.
Se da por descontado que es difícil para un equipo disponer de tres o cuatro pitchers de primera línea, de manera que el manager conforme una ‘rotación’ armónica, estable, capaz de echarse a cuestas las aspiraciones del plantel.
Volvemos al principio, se requiere respaldar a los lanzadores con buena defensa, bateo oportuno, además, no se puede descartar la ayuda que el catcher puede brindar a su pitcher, sin dudas un receptor hábil en la conducción del pitcheo, que estudie a los bateadores contrarios, cuente con buen brazo, es una garantía.
Equipos pertenecientes a LVBL han reforzado sus nóminas con jugadores que en determinado momento tomaron parte en temporadas del beisbol de Grandes Ligas o fueron firmados, eso también, se da por descontado, prestigia a la organización local.