El Mallorca sumó 13 puntos de 27 en juego en los últimos nueve partidos del campeonato, de los que ganó cuatro, empató uno y perdió cuatro para sellar la permanencia en el esprint final de la Liga Santander con el mexicano Javier Aguirre en el banquillo.
El Mallorca eludió el descenso en el estadio del Osasuna, uno de los exequipos del "Vasco", objetivo celebrado por todo lo alto por el mallorquinismo en Pamplona y en Palma en una dramática última jornada.
Aguirre asumió la dirección técnica del club balear a finales del pasado marzo para sustituir a Luis García Plaza en la jornada 29ª con el equipo en puestos de descenso con 26 puntos tras seis derrotas consecutivas, la última de ellas ante el Espanyol (1-0).
Aunque era la primera vez en toda la temporada que los bermellones caían a la zona "roja" de la tabla, la directiva creyó oportuno dar un golpe de timón a la errática trayectoria del equipo contratando a Aguirre, un entrenador con experiencia acreditada en el fútbol internacional y con fama de "salvador" de equipos con dificultades.
Cambió el sistema para jugar con una defensa de cinco, recurrió a jugadores que estaban teniendo pocos minutos (Battaglia, Ángel, el meta Manolo Reina, Salva Sevilla, Abdón Prats) y apenas contó con la "dupla asiática": el japonés Take Kubo y el surcoreano Kang in Lee.
Aguirre empezó su periplo en el banquillo con una derrota (1-0) en el campo del Getafe, pero en el partido siguiente amarró una victoria de prestigio ante el Atlético de Madrid en Son Moix (1-0), que devolvió la fe al mallorquinismo.
La dinámica de perder como visitante y ganar en casa se mantuvo en la salida a Elche (3-0) y Deportivo Alavés (2-1).
En la jornada 34ª los bermellones cayeron (2-1) frente al Barça en el Camp Nou, un derrota que entraba dentro de los cálculos y que fue antesala de la humillante goleada (2-6) encajada ante el Granada en Palma.
"Teníamos pie y medio en Segunda", reconoció Aguirre tras la victoria en El Sadar recordando el duro varapalo ante el conjunto nazarí, que finalmente descendió.
"Parecíamos unos fantasmas en el campo, no nos enterábamos de nada. Lo vi feo. Soy un hombre mayor, pero había jóvenes ahí que se jugaban su futuro, y me dolía. No nos miramos a la carita, estábamos liquidados, muertos", confesó el técnico azteca.
La reacción fue fulminante y empezó con un valiosísimo empate (0-0) ante el Sevilla en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, y continuó con las victorias seguidas ante el Rayo Vallecano (2-1) y Osasuna (0-2).
"Un nuevo descenso habría sido terrible", admitió el entrenador bermellón en los vestuarios de El Sadar tras certificar la permanencia.
"En Primera planificas bien una pretemporada y el presupuesto es igual o mejor", valoró Javier Aguirre antes de anunciar que tiene un precontrato firmado con el Mallorca para seguir una temporada más al frente del equipo balear. Palma (EFE)