El boxeador Donk Ramírez lidera dos divisiones en los EU

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Por Roberto PELÁEZ

Rafael Ramírez reside hace casi 20 años en Las Vegas, es un apasionado del boxeo, y por si fuera poco tiene dos hijos con resultados relevantes sobre el ring, ocupan los primeros puestos a instancia de los Estados Unidos en sus respectivas divisiones.

Yarisel Ramírez ganó medalla de bronce en los Juegos Panamericanos efectuados en Lima, Perú, y se codea con lo mejor de Norteamérica en las 125 libras, tal vez su principal aspiración sea abrirse paso en el boxeo profesional. Ella ha ofrecido antes sus impresiones a El Mundo.

Llega a la sección deportiva nada menos que Donk Ramírez, de solo 11 años, que todos coinciden al señalar: “pega durísimo”. Hoy es el mejor de los Estados Unidos en 75 y 80 libras.

“Tiene un futuro tremendo, explica orgulloso Rafael, a Donk lo entreno yo desde el primer día en que me dijo que deseaba ser boxeador; es rápido, técnico, combina muy bien, tiene buena defensa, y pega, además, es guapo, no tiene miedo, fíjese que se mide a contrarios de 14 años. 

“Le gusta mucho el boxeo, prosigue Rafael, no es extraño que en el entrenamiento se entregue al máximo... vienen peleadores a prepararse con él, y llama la atención que pese a su edad sabe hacer todo entre las cuerdas, se quita bien los golpes, fintea, domina varias combinaciones de golpes, es técnico, y ya sabe, pega muy duro para su peso”.

En opinión del entrevistado el 2019 no fue del todo bueno para Yarisel, a pesar de su presea bronceada en los Panamericanos “creo que no la favoreció cambiar el estilo, o tal vez no entrenaba al máximo, y ese es un riesgo que no quiero correr con Donk, a mi hijo quiero entrenarlo yo.

“Claro, añade, que aun está muy lejos el momento en que él tome una decisión, si va a defender los colores de Estados Unidos en torneos de rango amateur o saltará al profesionalismo, queda mucho tiempo para eso, ahora lo prioritario es prepararse al máximo, estar en óptimas condiciones para lo que se avecina”.

Tanto Rafael como su hijo Donk tienen la vista puesta en la competencia de marzo en Reno. “Va a ser un torneo difícil, él se va a presentar en las 80 libras, un peso con el que no está familiarizado, y su aspiración es imponerse.

“Donk no es sólo el orgullo mío porque es mi hijo y yo lo entreno, es un orgullo de Nevada, no todos los días un niño puede ser el número uno en dos divisiones en los Estados Unidos”, significa.

 

Quizás por su pegada, lo que ha conseguido hasta ahora, quienes lo conocen prefieren platicar de sus resultados, sin embargo este talentoso boxeador también se distingue por su disciplina, su amor al boxeo, su dedicación en el gimnasio, y el carisma “se da a querer por todos, externa Rafael, es respetuoso, es asequible para los periodistas y responde bien sus preguntas, es muy centrado... ya le digo, él va a llegar muy lejos”, vaticina.

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