Cuando el amor y el deporte se unen

Vicente Cetto dejó las competencias en el ciclismo de montaña para dedicarse a entrenar a su esposa, Daniela Campuzano, que acaba de colocarse como la cuarta ciclista mundial en la Copa del Mundo Andorra 2019. Ahora ambos apuntan al oro en los Juegos Panamericanos Lima 2019.

Daniela Campuzano es la deportista mejor ubicada en el ránking mundial (puesto 9), que competirá mañana en las pruebas de ciclismo de montaña en Lima 2019. Su entrenador, Vicente Cetto, como ex ciclista, sabe las duras condiciones a las que Daniela se enfrenta cuando está sola, pedaleando. ¿Qué tiene de especial este binomio? Pues que ambos, además de entrenador y dirigida, son marido y mujer.

“Gracias a este deporte tuve la oportunidad de conocer a Daniela. Cuando la conocí, fue uno de los mejores años de mi carrera, el 2006, fui campeón de México y gracias a Dios, compañeros de equipo”, narra Vicente.

Daniela es tricampeona a nivel panamericano de ciclismo de montaña: la primera medalla de oro fue en el estado de Puebla, en México 2012; el bicampeonato lo ganó en Barbacena, Brasil, en el 2014; y en Cota, Colombia, en el 2015 no solo ganó su triplete, sino que también obtuvo un cupo para asistir a los Juegos Olímpicos Río 2016.

“Las cosas se complicaron conmigo, por la ausencia de patrocinadores. Cuando ella finaliza las competencias de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, allí que compartimos nuestras expectativas y decidí apoyarla para que pudiera cumplir sus metas deportivas”, explica Vicente al describir cómo abandonó su carrera.

Daniela sabe que mantener en calma la relación beneficia no solo su vida familiar, también estimula su rendimiento deportivo. Ambos tienen muy claro que cada cosa tiene su lugar y los espacios se respetan.

“No tenemos muchas peleas y las que tenemos son relacionadas con el entrenamiento o con la presión que ambos sentimos antes de una competencia importante. Con el tiempo hemos aprendido a tener una mejor comunicación y expresar nuestros sentimos para evitar tener conflictos o malentendidos”, afirma Daniela.

 

“En algunos momentos es difícil controlar la pasión que sentimos por nuestro deporte. Daniela tiene mucho potencial y a veces quiero presionarla más en los entrenamientos. Uno debe tener tacto para saber manejar las cosas. pero como compartimos todo el día, esperamos un momento de calma, y avanzamos no solo en la relación sino también en la parte deportiva”, sostiene Vicente. Lima (NOTIMEX)

Top