Comentarista Jorge Barraza: Partido River-Boca, triste coctel de intolerancia

El suspendido partido entre River Plate-Boca Juniors, por los actos de violencia del pasado sábado 24 de noviembre, fue un “triste coctel de ineptitud e intolerancia”, señaló el cronista deportivo argentino, Jorge Barraza.

“Por primera vez en la historia de la Libertadores (59 ediciones), acaso por primera vez en la de cualquier torneo importante, una final debió suspenderse por incidentes más bochornosos que luctuosos”, planteó Barraza, uno de los cronistas deportivos más influyentes en Argentina.

“El triste honor corresponde al futbol argentino y a las fuerzas de seguridad de la ciudad de Buenos Aires. Falló el resorte más elemental desde que existe este juego: custodiar como se debe a la delegación visitante para que llegue sana y salva al estadio donde se debe disputar el encuentro. 

“Algún capitoste de la policía elaboró un plan demencial: que el bus de Boca atravesara calles con miles de hinchas de River rodeándolo. Como entrar con una antorcha en un polvorín”, anotó.

“La barbarie generó la consecuencia esperable: inadaptados destrozaron con piedras varios vidrios del bus e impactaron a algunos jugadores. Boca se negó a jugar. Sin la mínima duda, no estaba emocionalmente apto para hacerlo y allí comenzó el bochorno.

“La final se pasó del sábado al domingo 25 y del domingo a cuando Dios disponga, porque los hombres, difícil... Esta vez se dio la lógica en el futbol: si en un país podía suceder, era en la Argentina, y si debía ocurrir en un partido específico era en un River-Boca”, apuntó.

“Son 110 años de rivalidad extrema concentrados en un frasco de 90 minutos. Salió un jugo muy espeso. A tanto han llevado la rivalidad que a esto llegaron, a que casi no puedan jugar. La pasión futbolística es bellísimo experimentarla, pero cuando alcanza niveles tan irracionales pierde todo sentido y naturalidad.

 

“Esa irracionalidad, añadió, creó un engendro demoníaco: el barrabrava, una deformación del hincha a la que dejaron crecer y ahora cuesta dominar. Ese monstruo montó un negocio fenomenal en derredor del futbol y no está dispuesto a perderlo. Extorsiona, amenaza, revende y falsifica entradas, vende camisetas, gorros”. Bogotá (NOTIMEX)

 

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