Chávez Jr.: “De lo único que me arrepiento es de haber tenido una adicción”

En su búsqueda por ser feliz todo el tiempo para huir de la depresión, el excampeón mundial peso mediano de boxeo, Julio César Chávez Jr., se adentró en un hoyo, la adicción a la cocaína y al alcohol, el mayor arrepentimiento de su vida.

“De lo único que me arrepiento en mi vida fue de tener una adicción, de haberme desenfocado; es lo único que me da coraje, lo demás no. Uno quiere estar bien, hacer las cosas para disfrutar, pero no se puede ser feliz todo el tiempo”, dijo.

Las drogas, una adicción que también persiguió la carrera de su padre, Julio César Chávez, llegaron a la vida del oriundo de Culiacán a los 23 años cuando su carrera empezaba a despegar. Junto a su despunte como profesional y bajo la sombra de la carrera de su padre, mejor boxeador mexicano de la historia, el junior cobró fama y en el país lo vieron como la nueva estrella del pugilismo, llegaron las amistades falsas y acuerdos con promotores que, según cree, complicaron su vida. “Todos me seguían la onda estaba en mi mejor momento, llegó el tiempo que no me seguían, se aburrían. Salir fue una lucha conmigo”.

Tras dejar las drogas, su padre inauguró clínicas en Tijuana y Culiacán para personas con adicciones, y ahí ‘Julito’ inició un proceso para declararse “una persona más sobria”. Reconoció el apoyo de Julio César Chávez, el hijo de la leyenda, y aseguró que salir de ese oscuro túnel dependió de él.

El junior reveló encontrarse en uno de sus mejores momentos como profesional y firmará su segundo año consecutivo con dos combates.

Su derrota ante Daniel Jacobs se dio en cinco rounds, abandonó la pelea al argumentar una lesión, y ante Mario Cazares, cayó en septiembre de este año. 

“Tengo 57 peleas en las que probé que puedo pelear, el día que no lo consiga será un ring el que lo dirá, no la prensa. Estoy contento, quiero enfrentar a los mejores rivales, incluido el ‘Canelo’ (Saúl Álvarez) que siempre me ha tenido miedo”, concluyó. México (EFE)

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