Por Roberto PELÁEZ
Mientras por un lado los altos precios de los alimentos, literalmente ‘golpean’ los bolsillos de los consumidores, por otro son significativas las cifras de robos de autos y accidentes en lo que va de año, lo que llama a la acción de los oficiales, cque necesitan el apoyo de la comunidad.
En enero la cantidad de robos de autos dejó atrás la cantidad de mil (promedio de 250 semanal), es preciso que los dueños sean más precavidos, adopten medidas de seguridad, dicho de otra manera ‘se la pongan más difícil a los delincuentes’, además, urge cerrar filas con los agentes del orden.
Respecto a los accidentes, en más de una oportunidad este semanario ha llamado a la reflexión, sin dudas conducir es también un privilegio que es menester encarar con absoluta responsabilidad y disciplina.
El exceso de velocidad es una de las causas fundamentales de muchos siniestros en el valle, ha llevado el luto a un número considerable de familias. Cobra absoluta validez, vigencia, eso de que ‘más vale perder un minuto en la vida que la vida en un minuto’.
El adelantamiento indebido (que se traduce en querer aplicar la ley de la jungla, del más fuerte), no prestar la debida atención mientras se conduce, la ingestión de bebidas alcohólicas, el consumo de sustancias reñidas con la acción de manejar, no respetar o hacer caso omiso de las señales de tránsito, obviar el paso peatonal, y las violaciones de los mismos peatones, resultan también causas a tener en cuenta al referirse a los accidentes.
Es conveniente también echar un vistazo a las estadísticas relacionadas con algunas enfermedades, por ejemplo la diabetes. Más de 37 millones de personas en este país padecen de esta patología, muchas de ellas ni siquiera lo saben. El número de prediabéticos pasa de 96 millones. Entonces es para preocuparse y ocuparse.
La fórmula de malos hábitos alimentarios y el sedentarismo (poca actividad física) clasifica como una de las causas fundamentales para contraer esta enfermedad crónica.
Antes de proseguir, llamando a la conciencia de todos (nadie debe quedar indiferente), resulta conveniente consignar lo siguiente: la diabetes es una enfermedad crónica, que afecta específicamente la forma en que el organismo convierte los alimentos en energía, si se padece de diabetes el cuerpo no produce la insulina necesaria para funcionar de manera correcta.
Sucede que sin la suficiente insulina el azúcar permanece en la sangre y al alcanzar determinado nivel trae consigo GRAVES problemas de salud, vienen los trastornos metabólicos, las enfermedades cardiovasculares...
Un dato: las personas adultas en Estados Unidos tienen probabilidad del 40 por ciento de padecer diabetes tipo 2 (sobre todo por malos hábitos de alimentación y poca o nula actividad física), sin embargo entre los hispanos las probabilidades de enfermar de diabetes aumenta hasta el 50 por ciento, con posibilidades incluso de tener la patología desde edades tempranas. De ahí la importancia de enseñar a los pequeños a comer sano y realizar ejercicios.
La diabetes puede ser asintomática, la persona entonces se ‘despreocupa’, cree estar bien de salud. Entre los síntomas pueden señalarse sed, micción (orinar con frecuencia), hambre insaciable, fatiga, visión borrosa, aumento o pérdida de peso, las heridas demoran mucho en sanar...
Es preciso hacer algunos cambios en el estilo de vida, no tiene (o tenemos) que suprimir este o aquel alimento, más importante es considerar las porciones a ingerir, aprender a leer las etiquetas, conceder importancia a las calorías, las proteínas, la cantidad de azúcar.
Se deben incorporar alimentos para encarar la diabetes: frutas (manzanas, bananas) aguacate, frijoles, pequeñas porciones de carne de res, huevos (preferiblemente hervidos), verduras, yogur, zanahorias, nueces. Es importante reparar en las porciones.
No echemos en saco roto todo lo anterior, va en ello nuestro bienestar y el de la familia.
